Hablemos de pederastia…
Su definición:
Pederastia. Trastorno psicosexual consistente en la atracción erótica que siente el adulto por los niños. El pederasta, generalmente, retrasado mental, inhibido o neurótico, se siente en estado de inferioridad ante la mujer adulta y busca compañeros sexuales a su medida, es decir, niños o niñas (de 13 años o menos). (Diccionario Enciclopédico Océano, edición 1987, tomo IV). Así como en el pasado, en la actualidad existen casos de abuso a menores; trátese de violencia física, psicológica, sexual… que en si mismos, por el sólo hecho de considerarlos, son totalmente repulsivos. Y es que cuando se está en presencia de un niño, de un preadolescente, se puede percibir su gran inocencia y su falta de experiencia y, en algunos casos, somos orillados a verlos con cierta ternura o incluso de intolerancia ante su manera de actuar, pero ¿qué pasa cuando existen “individuos excepciones” que no ven de esta manera a los niños?
Sin lugar a dudas, a este tipo de sujetos que ven en los niños un buen amante, se les considera enfermos con justa razón, sin embargo, pueden parecer totalmente cuerdos al trato con las personas, ya que su enfermedad ataca sobre todo a las emociones y deja relativamente inmune a las potencias discursivas. O sea que, el sujeto sabe que hace mal y, sin embargo, se deja conducir por sus pasiones y pulsiones y no por lo que su reflexión le invitó a concluir. Y no es que precisamente el pederasta no vea a su amante como alguien inocente y tierno, al contrario, lo ve tal y cual se nos presenta un niño y eso es lo que mueve su atracción hacia él.
Ahora, el pederasta tiene diversas tácticas para que el niño acceda a cometer los actos que el quiere; ya sea que lo llene de regalos o que lo manipule con amenazas haciéndole creer que el también comparte la culpa de lo que hacen en conjunto. En un niño de 8 o 10 años, que aun no conoce lo que es una relación sexual, me refiero como experiencia, si lo ve como mal pero no en el sentido de que es un delito abusar de él, sino sólo porque lo que le hace su abusivo pederasta lo hace sentir mal, atenta contra su estado de ánimo y ese sentimiento de desagrado hace que el niño repudie las prácticas sexuales. Y es que aunque sea algo natural, tanto en los animales como en el hombre, la sexualidad implica necesariamente, una madurez tanto intelectual como física y, entonces, el daño que se le hace a un menor llega a tener secuelas traumáticas para el resto de su vida. Y aunque en su excelente persuasión haya hecho que el menor se convenza de sus actos ilícitos hasta el punto de encontrar placer en dichas prácticas, el adulto pederasta sigue siendo totalmente culpable de atentar contra la integridad de un menor, ya que este delito no implica, precisamente, la violencia, o sea, si puede existir o no, pero la pederastia o la pedofilia es la relación sexual de un adulto con un menor de edad.
Qué podemos esperar del futuro si, por ejemplo, en el año 2007 se dio un caso en Oaxaca en el que los niños eran abusados por sus propios maestros de escuela, y el caso va quedando en el olvido e incluso sin la difusión necesaria para estar enterados; qué, definitivamente, no es claro que los niños son los que tienen nuestro porvenir en sus pequeñas e indefensas manos y que es justamente esta etapa la que marcará, de buena o mala manera, sus vidas y desde ahí es donde comienzan los problemas de una sociedad, o mejor dicho, es donde recaen los actuales problemas de “los grandes” y las secuelas de sus estupideces son absorbidas poco a poco, pero con gran provecho, por los que vienen detrás de nosotros. Falta mucha responsabilidad por parte de los adultos; carecemos de la madurez necesaria para entender que traer hijos al mundo no es arrojar un desecho a la calle después de haber disfrutado de sus anteriores beneficios. Nos falta educación y los que tenemos la oportunidad de abrir nuestra mente para dejar entrar distinta información nos hacemos de la “vista gorda” y ni siquiera intentamos orientar o evitar alguna falta a la sociedad cuando tenemos alguna posibilidad de hacerlo. Cualquier abuso a cualquier ser vivo es una abominación, sin embargo, es inaceptable ignorar estos atentados contra los niños ¿ellos, cómo pueden defenderse? Si, tal vez sean lo suficientemente fuertes para salir adelante después de algún maltrato o abuso, pero de qué manera esa inconformidad saldrá a la luz dentro de una sociedad… pensemos en las grandes repercusiones. Y si bien será imposible hacer un país, un estado, una sociedad perfecta: sin abusos ni injusticias, tengamos, mínimo, la capacidad de actuar ante los problemas, castiguemos al que irrumpe la tranquilidad y orientemos y ayudemos al que la padece.
LA PEDERASTIA ES UN ACTO QUE EXISTE DESDE TIEMPOS MUY ATRÁS, Y QUE NO CREO DESAFORTUNADA MENTE, QUE DESPAREZCA, APARTE TUS CONCEPTOS SON ERRÓNEOS, NO ES LO MISMO PEDOFILO QUE PEDERASTA, ASÍ COMO LA DEFINICIÓN PSICOLÓGICA QUE DAS ES AMBIGUA Y CONFUSA, TE COMPRENDO QUE DENTRO DE TU POCO O NULO CONOCIMIENTO ACERCA DEL TEMA TE EQUIVOQUE PERO NO CONFUNDAS A LAS PERSONAS CON ALGO TAN DELICADO MEJOR LEE Y APRENDE PARA QUE PUEDAS ESCRIBIR UN TEMA QUE DOMINES Y NO ALGO QUE SOLO ODIAS Y DESPRECIAS.
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