Una critica a nuestra libertad limitada por prejuicios de pensamientos añejos
No podía dejar pasar la feria de Aguascalientes sin que yo tuviera algo que decir acerca de ella; y es que en realidad me dio mucho para opinar.
Para empezar debo de criticarle la poca fluidez de eventos culturales; o a lo mejor será la falta de difusión de eventos más allá de los viciosos, aquellos que nos ofrecen algo de cultura, un ejercicio intelectual o crítico. Carecemos del maravilloso hábito de frecuentar los eventos que prometen movernos nuestra corrompida conciencia.
Además, en un intento fallido de hacer la feria de San Marcos más nacional, caímos en la mediocridad de conformarnos con unos cuantos puestos en representación del estado de Chiapas y un programa de televisión acercándonos a los sabores de dicho estado pero grabado allá.
Lo anterior puede ser tomado como un inicio de un nuevo ciclo de la feria, con nuestro nuevo gobernador, como un intento de mejorar nuestra hermosa celebración y tal vez por esto podría ser justificado, sin embargo, hay algo que hasta la fecha no me ha dejado dormir. Y es algo típico de nuestra gente.
En cierta ocasión, en mi sed de pasar tiempo con los conocidos y, como no, de tomar cierto tipo de bebidas embriagantes; me plante en la calle nieto como es de cierto tipo de costumbre. Me di el lujo de privarme de emborracharme para así poder disfrutar verdaderamente de lo que las jocosas platicas de los conocidos tienen para ofrecerme; y en ese trance de gran festejo a la vida, intercedieron, para turbar la armonía, una docena de personas uniformadas (la verdad ni los conté, eran como doce, tal vez veinte). Es algo habitual ver desfilar a este tipo de personas entre la muchedumbre, no es ni emocionante ni molesto, pero… en esta ocasión si provocaron alguna emoción rara en mi.
El problema: “jóvenes, no pueden estar aquí plantados tanto tiempo…” “hacen tumultos...” “es que no queremos problemas, la otra vez hubo un pleito (o tal vez un intento) y terminaron lanzando botellas…” “por favor jóvenes, retírense…” “¡¡¡eit Ya van veinte veces que te digo a ti que te retires, si te vuelvo a ver aquí ya no te voy a decir algo!!…” “¡¡haber, ¡ya!, yo respeto su forma de vestir, pero dan mala imagen a la feria!!…”
Bien podría parecer un grupo de uniformados (llamados de forma errada policías) haciendo su trabajo y controlando a una bola de rebeldes y asquerosos jóvenes, si, tal vez parecería, pero debo asegurar que no era así, yo estaba ahí y se lo que hacíamos.
El problema es su “prevención” de peleas; “quieren evitar heridos”: llenen las calles de colchones, las botellas que sean de papel y que el alcohol sea jugo de piña. El problema es “la imagen nefasta que una bola de ingratos jóvenes hijos de Satán vestidos con atuendos rojos y negros, de mezclilla y cabellos largos dan a la galante feria”: pongan a un cadenero en San Marcos y pidan credencial, traje de gala, cabello de a militar o en su defecto peinado de lado con mucho gel; pongan retretes cada medio metro para que la gente orine (sirve de que no cobran tanto por arrojar un desperdicio corporal); apliquen la eugenesia al estado pa´que de paso la gente que entre sea alta y de ojo azul. El problema es “que estos uniformados se engentan y tratan de evitar los tumultos”: ya entrando a la feria, después de haber pasado por el cadenero, que cada policía realice en pequeños grupos una visita guiada, en un recorrido de no más de treinta minutos para que no les cause fatiga ni dolor de cabeza.
El problema es aprovecharse de su ventaja como “autoridades competentes”: si en verdad quisieran cuidar la integridad de las personas no amenazarían a la gente y no cargarían a las personas sólo porque en su embriaguez los llamaron (y perdón por esto) “putos” (con justa razón) por sus reclamos sin sentido, siendo que de la boca de quien salió esto es de una mujer envalentonada por el alcohol; y no andaría dando espectáculos de poderío arrastrando a una chava de no más de veintitrés años sujetándola por sus cabellos sólo porque pagaba porque alguien le recibiera sus desechos en un cuarto de servicio que esta en cierta calle que protegen por no sé que razón.
El problema es el “aun no me acostumbro” a la diversidad; su intolerancia a las diferentes caras de la juventud. Su falta de respeto por el sólo hecho de que enfrente de la calle nieto el gobernador miraba desde la terraza a “su gente” y al parecer ese tipo de gente no le agrada; su modo de “solucionar los conflictos” (que evidentemente no había) con una agresividad que más allá de inspirar respeto hacia ellos, al menos en lo particular, me produce miedo y una inconformidad absoluta.
El problema va más allá de decir: “ah los adultos no nos entienden…” “somos libres, yo me visto como quiera…” etc. etc. el problema no es ese; su falta de tacto y su terrible método para hacer la disciplina, es EL PROBLEMA. El dar respeto a algunos cuantos y a otros no, porque no me agrada su físico… lo bueno que los jóvenes somos los inmaduros… todas las prevenciones anteriores suenan tan absurdas como que la población siga con sus prejuicios y tabús porque la gente no se ve toda igual como un bulto gris…
Y yo, todavía entre lobos defendiendo a capa y espada a la gente que vive en México, de la gente que jura y perjura que el país es un asco… todavía yo con mi ingenuidad de que las autoridades que tienden a destruirse y a destruir al pueblo por el poder cesaran y llegará el momento de una estabilidad merecida, ¡ingenua!... pero aun sigo en mi postura de ver más allá de la nacionalidad y deduciendo que en todos lados existen este tipo de cosas y que no son propias solamente de México. Mientras tanto, sigamos dándole la gubernatura a personas como Gabriel Arellano, que quiere fuera de su vista a personas “indecentes”.
Pinche chaparro prieto baboso....como si la feria fuera de ellos...xD jaja, pero eso si... de camisita y ni quien nos diga algo!! pero bueno amor...creo que con el tiempo te daras cuenta almenos un poco...de mi malinchismo, se que pasa en otros lados, pero vivimos aqui...no criticare otro lado... comparare...por lo que se hasta el momento...pero no mas alla....
ResponderEliminarte amo mucho, me gusto tu publicación ya que fue experiencia propia, la etíca de nuestra propia "Autoridad" los que cuidan de los ciudadanos golpeandolos!