lunes, 8 de noviembre de 2010

El Hombre y la Infidelidad


Falta de fidelidad, deslealtad, inexactitud, en pocas palabras: infidelidad.

La infidelidad ha pasado a ser algo muy común en esta sociedad donde “no pasa nada”. Y es que ahora la belleza física es la que define el valor de una persona, la belleza es el “amor” porque, por su puesto, a quién no le agrada tener algo bonito a su lado. Pero ¿qué pasa cuando, por la belleza física, se quiere sustituir el contenido de una persona? O peor aun; cuándo por un impulso sexual se cambia absolutamente todo eso que se ha ido formando por bastante tiempo y se falta a esa persona a la que se le prometió todo.

Ser infiel es el mayor de los defectos que una persona puede tener; porque la infidelidad encierra más que un fallo a hacia una persona, encierra: mentiras, desilusiones, hipocresía, desamor, desconfianza, violencia, inseguridad e incluso enfermedades de transmisión sexual u obsesión. Me veo obligada a preguntar, ¿en verdad amamos?, digo, porque una persona que dice amar a alguien procura darle lo mejor, no perjudicarle. El amor por si no se podría definir, pero desde tiempos antiguos, sabemos que al verbo amar se le atribuyen cosas buenas, satisfacer y procurar el goce de ambos seres, en cuanto a pareja se refiera.   

Por ahí dicen que nacimos para andar de dos en dos, que hacemos lo posible por encontrarnos con la parte que nos quitaron en cierto momento, aquello que es nuestro complemento. Pero ¿Qué pasa cuando algunas personas buscan o necesitan varios complementos? Se justifican diciendo que están buscando a su “verdadero amor”… mmm, creo que primero todos deberíamos examinar y tener muy en claro aquello que queremos y nuevamente ver en que concepto tenemos al verbo “amar”.

Incluso llego a pensar que el ser humano no ha nacido para ser fiel. Al menos en el amor: el hombre se comporta como el animal que es y sólo busca satisfacer la necesidad de procrear (pero ah como le huye a la responsabilidad de ser padre). El ser humano se ha transformado de tal manera que sólo busca complacer sus caprichos; ser egoísta, cambiar de rumbo y de pareja cuando lo desee y cuando le convenga. El amor pasa a ser el disfraz perfecto para el sexo.



Es muy fácil señalar lo que esta mal; hacerlo no lo es tanto, pero en verdad genera muchos beneficios. Vayámonos creando una cultura basada en el respeto, ir por la vida haciéndonos como que no nos importa lo que diga la gente es verdaderamente patético, al fin de cuentas es nuestro entorno y el día de mañana alguien vendrá siguiendo nuestros pasos y es cuando comprenderemos que estas “pequeñeces”, como la infidelidad, en verdad tienen mucha importancia cuando de confianza, respeto, credibilidad y de muchas otras cosas, se trata.

Recordemos que el caos del mundo comienza con la ignorancia y con la intolerancia del hombre. No se trata de que te “amueles”, con la pareja con la que andas, toda la vida. Simplemente ofrecer sinceridad. 

2 comentarios:

  1. Venga amor, me gusto mucho, me encanto el ultimo párrafo, fue un gran touche xD! jajaja,

    me agrada amor, solo que "(pero ah como le huye a la responsabilidad de ser padre). " es por lo que pienso? jaja,

    soave amor, creo y pienso igual, es el peor defecto que el ser humano tiene. y creo que es por naturaleza ser egoistas... pero creo que cuando en verdad encuentras concepto de esa palabra "amor" en verdad sabes que el hombre puede ser mejor de lo que es...

    Gracias a ti se eso...y en verdad es todo lo que dices, respeto, confianza, apoyo, cosas buenas, cariño, gusto, todas las cosas buenas, y creeme que no lo veo como amuelate toda la vida si no como un regalo...esto siempre y cuando en verdad ames...

    es un tema muy extenso y muy interesante, creo que tendras que seguirle,

    felicidades me gusto mucho abarcaste un gran tema en pocas palabras.


    te amo

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  2. Se malentiende aquella sentencia, "nacimos para andar de dos en dos, en busca de nuestra otra mitad", yo lo expresaria de la siguiente manera; nacimos para andar con dos y luego con otras dos, en busca de lo que no tenemos, hasta que luego de probar distintas relaciones de pareja logramos comprender, que no encontraremos a nuestra alma "gamela" o a nuesta mitad faltante, sino que encontramos a alguien que nos complementa, y con quien deseamos compartir nuestras vidas.

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